La cocina de la ilusión
domingo, abril 22, 2012 § 3 comentarios
Ayer fue nuestra tercera clandestina y, nuevamente, estamos muy contentas con el resultado. La verdad, es que hasta nos está dando un poco de pudor contar nuestros ‘triunfos’ con tanto ímpetu. Así que, antes de continuar, queremos aclarar que este post no tiene fines promocionales. Se trata, simplemente, de nuestras ganas de compartir lo que pasa en nuestra cocina y de contar con un relato-memoria de los momentos que nos va regalando para la ‘posteridad’.
Empezamos a contarlo por partes…
Como siempre, nuestro trabajo empieza semanas antes, decidiendo la composición del menú. Nos toma bastante trabajo. Entre otras cosas, porque tenemos demasiadas recetas que queremos probar, y debemos seleccionar aquéllas que ‘peguen’y que nos den un equilibrio de sabores, que sorprendan, que representen un reto para nosotras…
A partir de entonces, empezamos a pensar en las presentaciones, cómo vamos a decorar la mesa, comprar los insumos o vajilla que nos faltan, practicar platos que no hemos preparado nunca…y entre medias nos enviamos un sin fin de ‘wasaps’ con fotos, preguntas, ideas y decisiones recapacitadas…
Ya el viernes empezamos con las cosas que podemos adelantar y desde el sábado temprano, luego de hacer la compra de mercado, nos ‘encerramos’ en la cocina a disfrutar de los preparativos. Durante esas horas intercalamos canciones, ‘chistes internos’, cotilleos, ideas para próximos menús, y esta última vez, hasta he empezado a aprender portugués. ¡A eso se llama aprovechar el tiempo!
Bueno, la verdad es que conforme van pasando las horas, el cansancio crece y con él la tensión…’¿Por qué demonios decidimos meter este plato?’, ‘¿Ya hiciste esto?’, ‘¡No me hables que me desconcentras!’.
Así, muertas de los nervios, estábamos a la hora que llegaron nuestros invitados. Hay que destacar que todos fueron muy puntuales y respondieron, con grandes dosis de complicidad, a la contraseña que abre la puertas a la clandestinidad…
Ahora a disimular que tenemos todo bajo control y a tratar de que todos se sientan cómodos y en confianza. Afortunadamente, contamos con el mejor aliado: ¡el Pisco Sour!
Como novedad, en esta cena intoducimos dos cambios. Por un lado, pedimos a nuestro amigo Andrés de Vino & Compañía que seleccione un vino por cada uno de los platos que servimos y encargamos unos panes artesanos a la dulce Mónica Iglesias de Pichin Catering, quien nos ha dejado con la boca abierta con todo lo que hace…Todo un mundo aún por descubrir.
Según íbamos avanzando con el servicio, la cara de ilusión de la gente, los comentarios y la rotundidad de los platos vacíos hicieron que el cansancio y el stress se nos olviden del todo. ¡Ver el resultado de un trabajo bien hecho es la mejor recompensa! En la cocina volvemos a relajarnos, a reírnos a carcajadas y, finalmente podemos disfrutar de la sobremesa, ¡el mejor plato de la noche!
María, Ana Caro, Jean-Paul, Marta, José Manuel y Valeria: ha sido un placer teneros en nuestra mesa. Vuestros generosos halagos nos reabastecen del ingrediente principal de nuestra humilde cocina: la ilusión.
y la receta ?
Ay, Alfre! Cuál quieres? 🙂
no hay palabras para describir lo que sintió mi paladar!!!!!!! todo estuvo simplemente MARAVILLOSO!!!!!!!!!